domingo, 24 de julio de 2011

Lo peor es que no puedo desintoxicarme.

En el hospital vemos adicciones cada día. Es impresionante las clases de adicciones que existen, sería demasiado fácil si sólo fueran drogas,  tabaco y alcohol.
Yo creo que la parte más dura de mandarlo a la mierda es querer mandarlo a la mierda.
Es decir, ¿nos hacemos adictos por un motivo de verdad?
A menudo, demasiado a menudo, las cosas empiezan de cero como una parte normal de tu vida y de algún modo cruzan la línea de la obsesión, compulsión, de perder el control.

Es el colocón que arrastramos, el colocón hace que todo lo demás se apague lentamente.
El caso es que la adicción nunca termina bien porque tarde o temprano lo que nos haya tenido drogados deja de hacernos sentir bien y empieza a doler.
Pero dicen que no lo mandas a la mierda hasta que caes en lo más bajo.
Pero ¿sabes cuándo has caído? Porque no importa cuánto daño nos esté haciendo algo, a veces dejarlo marchar nos duele mucho más.


martes, 19 de julio de 2011

Utilizo mucho la ironía.


Sí, lo acepto, soy de ésas que se duermen en la parte más interesante de la película. Adoro la sensación de placer que da quitarse los tacones después de una larga noche. Despertarme, mirar el reloj y darme cuenta que aún me queda tiempo para dormir. Me encanta darle la vuelta a la almohada para ponerla por el lado frío. Me gusta rayar la última página del cuaderno. Soy celosa, lo justo. Me cuesta expresar mis sentimientos y por eso, a veces, no soy lo suficientemente cariñosa. Me gusta mentir, mentiras piadosas. Soy cabezota y caprichosa, lo quiero todo aquí y ya. El fondo del mar me da miedo. Pienso que todo el mundo merece una segunda oportunidad, aunque dicen que las segundas partes nunca fueron buenas. Odio las cosquillas cuando estoy enfadada. No me gusta como salgo en la foto del DNI. Mi helado favorito es el de chocolate. Me cuesta pedir perdón, pero perdono enseguida. Pienso que a veces de tan buena, soy gilipollas. Soy desordenada, pero en mi desorden tengo mi propio orden. Dudo de todo, compruebo las cosas mil veces. Soy bipolar, ahora estoy bien y a los diez minutos estoy mal. Si hablas conmigo, métete el ego por donde te quepa. No me gusta hablar mientras veo una película. No me gusta San Valentín, para mí son los 364 días restantes. Detesto ir de compras si no voy a comprar nada. No soporto las personas hipócritas y falsas. Pienso que si ponen normas son para que alguien las incumpla. Me gusta salir de fiesta, beber y bailar hasta no poder más. Utilizo mucho la ironía. Soy muy impulsiva, actúo y luego pienso. Es fácil hacerme daño. A veces en sufrir no me gana nadie. Pocas veces estoy conforme con lo que he conseguido. Soy especialista en perder el tiempo. Sería incapaz de matar a alguien. Me encanta la fotografía y hacer fotos. Soy la más cabezona y negativa del planeta. Llevo el móvil en el bolsillo aunque sea cancerígeno. No me gusta que me hagan esperar, aunque mi mayor defecto es la impuntualidad. Me gusta caminar sin rumbo. Me da rabia que me manden a callar. Cojo cariño rápido a la gente, aunque no lo diga. Soy cotilla, pero guardo los secretos como nadie. Siempre uso rímel. Me aferro demasiado a las cosas. Un poco envidiosa, todos queremos lo que no tenemos. Odio estar un sábado en mi casa. Amo el verano, pero tanto calor me estresa. Soy orgullosa para ciertas cosas, me callo muchas cosas que me gustaría decir. Prefiero lo dulce antes que lo salado, pero depende del momento. Me encantan las siestas, aunque después me cueste dormir de noche. Me encanta viajar, aunque lo he hecho poco. Y, sobre todo, me gusta tener la razón siempre.